martes, 10 de diciembre de 2013

Mao Tse-tung


   "El odio nunca es vencido por el odio sino por el amor." 
"La acción no debe ser una reacción sino una creación." 
"La crítica debe hacerse a tiempo; no hay que dejarse llevar por la mala costumbre de criticar sólo después de consumados los hechos." 
"La política es una guerra sin efusión de sangre; la guerra una política con efusión de sangre." 
"Leer demasiados libros es peligroso." 
"Lo urgente generalmente atenta contra lo necesario." 
"Vivir no consiste en respirar sino en obrar." 

Citas sobre victoria: 
"La victoria de ningún modo debe hacernos relajar la vigilancia. Quienquiera que relaje la vigilancia quedará desarmado políticamente y se verá reducido a una posición pasiva." 

"Luchar, fracasar, volver a luchar, fracasar de nuevo volver otra vez a luchar, y así hasta la victoria." 

"Los mandos y combatientes de ningún modo deben relajar ni en lo más mínimo su voluntad de combate; toda idea que tienda a relajar la voluntad de combate o a subestimar al enemigo, es errónea. 
Un jefe militar no puede pretender ganar la guerra traspasando los limites impuestos por las condiciones materiales, pero si puede y debe esforzarse para vencer dentro de tales límites. El escenario de acción para un jefe militar está construido sobre las condiciones materiales objetivas, pero en este escenario puede dirigir magnificas acciones de épica grandiosidad."
    En su práctica social, el hombre sostiene toda clase de luchas y extrae ricos experiencias tanto de sus éxitos como de sus fracasos. Innumerables fenómenos del mundo exterior objetivo se reflejan en el cerebro del hombre por media de los órganos de los sentidos -- la vista, el oído, el olfato, el gusto y el tacto --. Al comienzo, el conocimiento es sensorial. Al acumularse suficiente conocimiento sensorial, se produce un salto al conocimiento racional, es decir, a las ideas. Este es un proceso en el conocimiento. Es la primera etapa del proceso global del conocimiento, etapa que conduce de la materia objetiva a la conciencia subjetiva, de la existencia a las ideas. En esta etapa, aún no se ha comprobado si la conciencia o las ideas (incluyendo las teorías, principios políticos, planes y medidas) reflejan correctamente las leyes del mundo exterior objetivo, aún no puede determinarse si son acertadas o no. Luego, viene la segunda etapa del proceso del conocimiento: la etapa que conduce de la conciencia a la materia, de las ideas a la existencia, etapa en que se aplica a la práctica social el conocimiento obtenido en la primera etapa para ver si esas teorías, principios políticos, planes o medidas consiguen los éxitos esperados. En términos generales, lo que obtiene éxito es correcto, y lo que fracasa, erróneo; esto sucede especialmente en la lucha del hombre con la naturaleza. En la lucha social, las fuerzas que representan a la clase avanzada a veces sufren reveses, no porque sus ideas sean incorrectas, sino porque, en la correlación de las fuerzas en lucha, no son, por el momento, tan poderosas como las fuerzas reaccionarias; en consecuencia, fracasan temporalmente, pero han de triunfar tarde o temprano. A través de la prueba de la práctica, se produce otro salto en el conocimiento del hombre. Este es más importante que el anterior, porque sólo éste puede probar si es acertado o erróneo el primer salto en el conocimiento, o sea, las ideas, teorías, principios políticos, planes o medidas formuladas en el curso de la reflexión del mundo exterior objetivo. No hay otro medio de comprobar la verdad.
Ibíd.


    A menudo, sólo es posible llegar a un conocimiento correcto después de muchas repeticiones del proceso que conduce de la materia a la conciencia y de la conciencia a la materia, es decir, de la práctica al conocimiento y del conocimiento a la práctica. Esta es la teoría marxista del conocimiento, la teoría materialista dialéctica del conocimiento.
Ibíd.


    Quien quiera conocer una cosa, no podrá conseguirlo sin entrar en contacto con ella, es decir, sin vivir (practicar) en el mismo media de esa cosa. (...) Si quieres conocer, tienes que participar en la práctica, en la transformación de la realidad. Si quieres conocer el saber de una pera, tienes tú mismo que transformarla comiéndola. (...) Si quieres conocer la teoría y los métodos de la revolución, tienes que participar en la revolución. Todo conocimiento auténtico nace de la experiencia directa.
Acerca de la práctica
(julio de 1937),
Obras Escogidas, t. I.


    El conocimiento comienza por la práctica, y todo conocimiento teórico, adquirido a través de la práctica, debe volver a la práctica. La función activa del conocimiento no solamente se manifiesta en el salto active del conocimiento sensorial al racional, sine, lo que es más importante, también debe manifestarse en el salto del conocimiento racional a la práctica revolucionaria.
Ibíd.


    Es bien sabido que, al realizar una cosa, cualquiera que sea, a menos que comprendamos sus circunstancias reales, su naturaleza y sus relaciones con otras cosas, no conoceremos las leyes que la rigen, ni sabremos cómo hacerla, ni podremos llevarla a feliz término.
Problemas estratégicos de la guerra revolucionaria de China
(diciembre de 1936),
Obras Escogidas, t. I.


    Si el hombre quiere culminar su trabajo con éxito, es decir, lograr los resultados esperados, tiene que hacer concordar sus ideas con las leyes del mundo exterior objetivo; si no lo consigue, fracasa en la práctica. Después de sufrir una derrota, extrae lecciones de ella, modifica sus ideas para hacerlas concordar con las leyes del mundo exterior y, de esta manera, convierte el fracaso en éxito: he aquí lo que se quiere decir con la derrota es madre del éxito y cada fracaso nos hace más listos.
Acerca de la práctica
(julio de 1937), Obras Escogidas, t. I.


    Somos marxistas, y el marxismo nos exige que al examinar cualquier problema, partamos de los hechos objetivos y no de definiciones abstractas, y que formulemos nuestra orientación, política y medidas sobre la base del análisis de estos hechos.
Intervenciones en el Foro de Yenán sobre Literatura y Arte
(mayo de 1942)
Obras Escogidas, t. III.


    El método fundamental de trabajo que todos los comunistas debemos tener bien presente, consiste en determinar nuestra línea de trabajo en función de las condiciones reales. Si examinamos las causas de nuestros errores, veremos que todos se deben a que nos apartamos de las condiciones reales existentes en un momento y lugar dados y trazamos subjetivamente nuestra linea de trabajo.
Discurso pronunciado en una conferencia de
cuadros de la región liberada de Shansi-Suiyuán

(1° de abril de 1948),
Obras Escogidas, t. IV.


    El idealismo y la metafísica son las cosas más fáciles del mundo porque permiten a la gente que disparate a gusto, sin basarse en la realidad objetiva ni someterse a la prueba de ésta. En cambio, el materialismo y la dialéctica requieren esfuerzos. Se fundamentan en la realidad objetiva y se someten a su prueba. Si uno no hace esfuerzos, caerá en el idealismo y la metafísica.
Nota de introducción a "Materiales sobre la camarilla contrarrevolucionaria de Ju Feng"
(mayo de 1955) [Obras Escogidas, t. V].


    Al tratar una cosa, debemos examinar su esencia y considerar su apariencia nada más que como guía que conduce a la entrada. Y una vez que cruzamos el umbral debemos aprehender la esencia de la cosa. Este es el único método de análisis seguro y científico.
Una sola chispa puede incendiar toda la pradera
(5 de enero de 1930),
Obras Escogidas, t. I.


    La causa fundamental del desarrollo de las cosas no es externa sino interna; reside en su carácter contradictorio interno. Todas las cosas tienen contradicciones en su interior, de ahí su movimiento y su desarrollo. El carácter contradictorio interno de una cosa es la causa fundamental de su desarrollo, en tanto que su interrelación e interacción con otras cosas son causas secundarias.
Sobre la contradicción
(agosto de 1937),
Obras Escogidas, t. I.


    La dialéctica materialista considera que las causas externas constituyen la condición del cambio y las causas internas, su base; además, considera que las causas externas actúan a través de las internas. A una temperatura adecuada, un huevo se transforma en pollo, pero ninguna temperatura puede transformar una piedra en pollo, porque sus bases son diferentes.
Ibíd.


    La filosofía marxista entiende que la ley de la unidad de los contrarios es la ley fundamental del universo. Esta ley tiene validez universal, tanto en la naturaleza y en la sociedad humana, como en el pensamiento del hombre. Los contrarios en una contradicción forman una unidad a la vez que luchan entre sí, lo cual impulsa el movimiento y el cambio en las cosas. En todas partes existen contradicciones, pero tienen diverso carácter según sea la naturaleza de las cosas. En cualquier cosa concreta, la unidad de los contrarios es condicional, temporal, transitiva y, por eso, relativa, mientras que la lucha entre los contrarios es absoluta.
Sobre el tratamiento correcto de las
contradicciones en el seno del pueblo

(27 de febrero de 1957)
[Obras Escogidas, t. V].


    El método analítico es dialéctico. Por análisis entendemos analizar las contradicciones en las cosas. Ningún análisis acertado es posible sin un conocimiento intimo de la vida ni una comprensión real de las contradicciones de que se trata.
Discurso ante la Conferencia Nacional del Partido
Comunista de China sobre el Trabajo de Propaganda

(12 de marzo de 1957)
[Obras Escogidas, t. V].


    Lenin dice que el análisis concreto de la situación concreta es lo más esencial del marxismo, el alma viva del marxismo. Muchos de nuestros camaradas, poco acostumbrados a pensar en forma analítica, no quieren analizar y estudiar repetida y profundamente las cosas complejas, sino que prefieren formular conclusiones simplistas que son absolutamente afirmativas o absolutamente negativas. (...) Desde ahora, debemos remediar este estado de cosas.
Nuestro estudio y la situación actual
(12 de abril de 1944),
Obras Escogidas. t. III.


    La manera como estos camaradas enfocan las cuestiones es errónea. En vez de considerar sus aspectos esenciales o principales, destacan los no esenciales o secundarios. Es de señalar que hay que tratar estos últimos aspectos uno por uno sin subestimarlos, mas no debemos considerarlos como esenciales o principales, pues, de lo contrario, nos desorientaremos.
Sobre el problema de la cooperativización agrícola
(31 de julio de 1955),
[Obras Escogidas, t. V].


    Las cosas en el mundo son complejas y las deciden diversos factores. Debemos examinar los problemas en sus diferentes aspectos y no en uno solo.
Sobre las negociaciones de Chungching
(17 de octubre de 1945),
Obras Escogidas, t. IV.


    Sólo quienes abordan los problemas de manera subjetiva, unilateral y superficial dictan órdenes presuntuosamente apenas llegan a un nuevo lugar, sin considerar las circunstancias, sin examinar las cosas en su totalidad (su historia y su situación actual en conjunto) ni penetrar en su esencia (su naturaleza y las relaciones internas entre una cosa y otras). Semejantes personas tropiezan y caen inevitablemente.
Acerca de la práctica
(julio de 1937),
Obras Escogidas. t. I.


    
    Dentro del Partido se producen constantemente oposición y lucha entre diferentes ideas. Esto es un reflejo, en el Partido, de las contradicciones entre las clases y entre lo nuevo y lo viejo en la sociedad. Si en el Partido no hubiera contradicciones ni luchas ideológicas para resolverlas, la vida del Partido tocaría a su fin.
Sobre la contradicción
(agosto de 1937),
Obras Escogidas, t. I.


    Estamos por la lucha ideológica activa, pues ella es el arma que garantiza la unidad interna del Partido y demás organizaciones revolucionarias en beneficio de nuestro combate. Todos los comunistas y revolucionarios deben empuñar esta arma.
    Pero el liberalismo rechaza la lucha ideológica y propugna una paz sin principios, dando origen a un estilo decadente y filisteo, que conduce a la degeneración política de ciertas entidades y miembros en el Partido y demás organizaciones revolucionarias.
Contra el liberalismo
(7 de septiembre de 1937),
Obras Escogidas, t. II.


    Al luchar contra el subjetivismo, el sectarismo y el estilo de clisé del Partido, debemos tener presentes dos principios: primero, sacar lecciones de los errores pasados para evitarlos en el futuro, y segundo, tratar la enfermedad para salvar al paciente. Hay que poner al descubierto, sin tener consideraciones con nadie, todos los errores pasados, y analizar y criticar en forma científica todo lo malo en el pasado, para que en el futuro el trabajo se realice más cuidadosamente y mejor. Eso es lo que quiere decir sacar lecciones de los errores pasados para evitarlos en el futuro. Pero, al denunciar los errores y criticar los defectos, lo hacemos, igual que un médico trata un caso, únicamente para salvar al paciente y no para matarlo. Una persona con apendicitis se salvará si el cirujano le extrae el apéndice. Si una persona que ha cometido errores no oculta su enfermedad por temor al tratamiento, ni persiste en sus errores hasta hacerse incurable, sino que, honesta y sinceramente, desea curarse y enmendarse, debemos acogerla y curarle la enfermedad para que se convierta en un buen camarada. Jamás podremos lograr éxito si nos dejamos llevar por un impulso momentáneo y la fustigamos sin mesura. No se puede tratar con imprudencia enfermedades ideológicas o políticas; hay que adoptar el único método adecuado y eficaz: tratar la enfermedad para salvar al paciente.
Rectifiquemos el estilo de trabajo en el Partido
(1° de febrero de 1942),
Obras Escogidas, t. III.


    Con relación a la critica en el seno del Partido, es preciso mencionar otro punto: algunos camaradas, al hacer críticas, pasan por alto las cuestiones importantes y limitan su atención a las mezquinas. No comprenden que la tarea principal de la crítica es indicar los errores políticos y de organización. Por lo que respecta a los defectos personales, a menos que estén vinculados a errores políticos y de organización, no hay que censurarlos demasiado para no sumir a los camaradas en el desconcierto. Además, si semejante crítica se desarrolla la atención de los miembros del partido se concentrará exclusivamente en defectos de poca monta, y todos se volverán tímidos y cautelosos y olvidarán las tareas políticas del Partido. Esto es un grave peligro.
Sobre la rectificación de las ideas erróneas en el Partido
(diciembre de 1929),
Obras Escogidas, t. I.


    En la critica en el seno del Partido, debemos guardarnos del subjetivismo, los juicios arbitrarios y la banalización de la crítica; toda afirmación debe fundarse en hechos y toda crítica debe tener sentido político.
Ibíd.


    La crítica dentro del Partido es un arma para fortalecer sus organizaciones y aumentar su capacidad de combate. Sin embargo, en la organización del Partido en el Ejército Rojo, la crítica no siempre tiene este carácter: a veces se convierte en ataque personal. A consecuencia de ello, no sólo se perjudica a los individuos, sino también a la organización del Partido. Esta es una manifestación de individualismo pequeñoburgués. El método para corregirla es ayudar a los miembros del Partido a comprender que la critica tiene por objeto aumentar la capacidad de combate del Partido a fin de lograr la victoria en la lucha de clases, y que no debe utilizarse para realizar ataques personales.
Ibíd.


    Porque servimos al pueblo, no tememos que se nos señalen y critiquen los defectos que tengamos. Cualquiera, sea quien fuere, puede señalar nuestros defectos. Si tiene razón, los corregiremos. Si lo que se propone beneficia al pueblo, actuaremos de acuerdo con ello.
Servir al pueblo
(8 de septiembre de 1944),
Obras Escogidas, t. III.


    Los comunistas chinos, que en todas nuestras acciones partimos de los intereses supremos de las grandes masas del pueblo chino, estamos convencidos de la completa justicia de nuestra causa, no nos detenemos ante ningún sacrificio personal y estamos dispuestos en todo momento a dar nuestras vidas por esta causa, cómo podríamos entonces ser reacios a desprendernos de las ideas, puntos de vista, opiniones o métodos que no respondan a las necesidades del pueblo? Cómo podríamos alegrarnos de que el polvo y microbios políticos ensucien nuestros limpios rostros e infecten nuestros sanos cuerpos? Incontables mártires revolucionarios han ofrendado sus vidas por los intereses del pueblo, y a los vivos se nos llena de dolor el corazón cada vez que les recordamos. Habrá interés personal que no podamos sacarificar o error que no podamos superar?
Sobre el gobierno de coalición
(24 de abril de 1945),
Obras Escogidas, t. III.


    Nunca debemos sentirnos satisfechos con nuestros éxitos. Debemos refrenar la autosatisfacción y criticar constantemente nuestros defectos, al igual que nos lavamos la cara y barremos el suelo diariamente para quitar el polvo y mantenerlos limpios.
Organicémonos
(29 de noviembre de 1943),
Obras Escogidas, t. III.


    La critica debe hacerse a tiempo; no hay que dejarse llevar por el hábito de criticar sólo después de consumados los hechos.
Sobre el problema de la cooperativización agrícola
(31 de julio de 1955),
[Obras Escogidas, t. V].


    Aleccionados por los errores y reveses, hemos aguzado nuestro ingenio y manejamos major nuestros asuntos. Es difícil para cualquier partido político o persona evitar los errores, pero debemos tratar de cometer los menos posibles. Si cometemos un error, debemos corregirlo, y cuanto más rápidamente y más a fondo, mejor.
Sobre la dictadura democrática popular
(30 de junio de 1949),
Obras Escogidas, t. IV.



 

XXVIII. COMUNISTAS

    El comunista debe ser sincero y franco, leal y activo, considerar los intereses de la revolución como su propia vida y subordinar sus intereses personales a los de la revolución. En cualquier momento y dondequiera que esté, ha de adherirse a los principios justos y luchar infatigablemente contra todas las ideas y acciones erróneas, a fin de consolidar la vida colectiva del Partido y su ligazón con las masas; ha de preocuparse más por el Partido y las masas que por ningún individuo, y más por los demás que por sí mismo. Sólo una persona así es digna de llamarse comunista.
Contra el liberalismo
(7 de septiembre de 1937),
Obras Escogidas, t. II.


    Hay que hacer comprender a cada camarada que el criterio supremo para juzgar las palabras y actos de un comunista reside en precisar si éstos concuerdan con los más altos intereses de la abrumadora mayoría del pueblo y se granjean su apoyo.
Sobre el gobierno de coalición
(24 de abril de 1945),
Obras Escogidas, t. III.


    En ningún momento y bajo ninguna circunstancia, puede el comunista poner en primer lugar sus intereses personales; al contrario, debe subordinarlos a los intereses de la nación y de las masas populares. De ahí que el egoísmo, la flojera, la corrupción, el afán de figurar, etcétera, sean lo más despreciable, mientras que la entrega abnegada, el entusiasmo y la energía en el trabajo, la dedicación de todo corazón al deber público y el esfuerzo concienzudo y tenaz merezcan respeto.
El papel del Partido Comunista de China en la guerra nacional
(octubre de 1938),
Obras Escogidas, t. II.
Los comunistas deben ester dispuestos en todo momento a perseverar en la verdad, porque la verdad concuerda con los intereses del pueblo; los comunistas deben estar dispuestos en todo momento a corregir sus errores, porque todo error va en contra de los intereses del pueblo.
Sobre el gobierno de coalición
(24 de abril de 1945),
Obras Escogidas, t. III.


    Los comunistas tienen que preguntar el porqué de todas las cosas y valerse de su propio juicio para examinar cuidadosamente si corresponden a la realidad y si están bien fundadas; no deben en absoluto seguir ciegamente a otros ni preconizar la obediencia servil.
Rectifiquemos el estilo de trabajo en el Partido
(1° de febrero de 1942),
Obras Escogidas, t. III.


    Debemos alentar a los camaradas a tener plenamente en cuenta los intereses del todo. Cada miembro del Partido, cada rama de trabajo, cada palabra y cada acción deben tener como punto de partida los intereses de todo el Partido. No se tolerará en absoluto violar este principio.
Ibíd.


    Los comunistas deben ser ejemplares tanto por su sentido práctico como por su previsión y clarividencia, porque únicamente el sentido práctico les permitirá cumplir las tareas asignadas, y sólo la previsión y la clarividencia les impedirán extraviarse en el avance.
El papel del Partido Comunista de China en la guerra nacional
(octubre de 1938),
Obras Escogidas, t. II.


    Los comunistas deben ser los más perspicaces, los más dispuestos a sacrificarse, los más firmes y los más capaces de apreciar las situaciones sin ideas preconcebidas; tienen que apoyarse en la mayoría de las masas y conquistar su apoyo.
Las tareas del Partido Comunista de China
en el periodo de la resistencia al Japón

(3 de mayo de 1937),
Obras Escogidas, t. I.


    Los comunistas deben asimismo dar ejemplo en el estudio. En todo momento, deben ser alumnos de las masas populares a la vez que sus maestros.
El papel del Partido Comunista de China en la guerra nacional
(octubre de 1938),
Obras Escogidas, t. II.


    Los comunistas, al trabajar en los movimientos de masas, deben comportarse como amigos de masas populares y no como sus superiores, como sus maestros infatigables y no como politiqueros burócratas.
Ibíd.


    Los comunistas jamás deben separarse de la mayoría de las masas, ni dirigir sólo a unos cuantos contingentes progresistas en un avance temerario, sin tener en cuenta la situación de la mayoría; deben preocuparse por forjar estrechos vínculos entre los elementos avanzados y las grandes masas. Esto es lo que significa pensar en la mayoría.
Ibíd.


    Los comunistas somos como la semilla y el pueblo como la tierra. Dondequiera que vayamos, debemos unirnos con el pueblo, echar raíces y florecer en él.
Sobre las negociaciones de Chungching
(17 de octubre de 1945),
Obras Escogidas, t. IV.


    En todo lo que hacemos, los comunistas debemos saber vincularnos con las masas. Si los miembros de nuestro Partido se pasan la vida entre cuatro paredes, a cubierto de la tempestad y apartados del mundo, podrán servir para algo al pueblo chino? No, en absoluto; no necesitamos semejantes personas como miembros del Partido. Los comunistas debemos salir al encuentro de la tempestad y enfrentar el mundo: la poderosa tempestad y el gran mundo de la lucha de masas.
Organicémonos
(29 de noviembre de 1943),
Obras Escogidas, t. III.


    El papel de vanguardia de los comunistas y su ejemplo tienen una importancia vital. En el VIII Ejército y el Nuevo 4° Cuerpo de Ejército, los comunistas deben sentar un ejemplo de valentía en el combate, un ejemplo en la ejecución de las órdenes, la observancia de la disciplina, la realización del trabajo político y el afianzamiento de la cohesión y la unidad internas.
El papel del Partido Comunista de China en la guerra nacional
(octubre de 1938),
Obras Escogidas, t. II.


    El comunista nunca debe creerse infalible ni comportarse en forma altanera, pensando que sobresale en todo mientras los demás no tienen nada bueno; jamás debe encerrarse en su pequeña habitación, ni fanfarronear, ni actuar como tiranuelo.
Discurso pronunciado ante la Asamblea de Representantes
de la Región Fronteriza de Shensi-Kansú-Ningsia

(21 de noviembre de 1941),
Obras Escogidas, t. III.


    Los comunistas deben escuchar las opiniones de las personalidades no pertenecientes al Partido, y darles oportunidad de expresarse. Si lo que dicen es correcto, debemos aplaudirlo y aprender de sus puntos fuertes; incluso si no tienen razón, debemos dejarles terminar sus palabras y, luego, darles con paciencia las explicaciones necesarias.
Ibíd.


    A aquellos que han cometido errores en su trabajo, salvo los elementos incorregibles, los comunistas no deben dejarlos de lado, sino al contrario, deben persuadirlos para que se transformen y emprendan un nuevo camino.
El papel del Partido Comunista de China en la guerra nacional
(octubre de 1938),
Obras Escogidas, t. II.


    Los comunistas no deben desdeñar o menospreciar a las personas políticamente atrasadas, sino acercarse a ellas, unirse con ellas, convencerlas y alentarlas a progresar.
Ibíd.



 

XXVIX. CUADROS

    Para asegurar que nuestro Partido y nuestro país no cambien de color, debemos no sólo tener una linea y una política correctas, sino también preparar y forjar decenas de millones de continuadores de la causa revolucionaria del proletariado.
    El problema de la formación de continuadores de la causa revolucionaria del proletariado se refiere, en el fondo, a si la causa revolucionaria marxista-leninista iniciada por los revolucionarios proletarios de la vieja generación contará con quienes la sigan llevando adelante, si la dirección de nuestro Partido y nuestro Estado seguirá en manos de los revolucionarios proletarios, si nuestros descendientes proseguirán avanzando por el justo camino trazado por el marxismo-leninismo, esto es, se refiere a si podremos precavernos con éxito contra la aparición del revisionismo jruschovista en China. En una palabra, se trata de un problema importantísimo que afecta al destino, a la misma existencia de nuestro Partido y nuestro Estado. Se trata de un problema de importancia fundamental para la causa revolucionaria del proletariado de aquí a cien, mil e incluso diez mil años. Basándose en Los cambios operados en la Unión Soviética, los agoreros imperialistas depositan sus esperanzas de evolución pacífica en la tercera o cuarta generación del Partido chino. Haremos fracasar completamente este ag¸ero imperialista. En todas partes, desde las organizaciones más altos hasta la base, debemos prestar constante atención al problema de preparar y forjar continuadores de la causa revolucionaria.
    Qué requisitos han de llenar los continuadores de la causa revolucionaria del proletariado?
    Deben ser verdaderos marxistas-leninistas, y no, como Jruschov, revisionistas disfrazados de marxista-leninistas.
    Deben ser revolucionarios que sirven de todo corazón a la inmensa mayoría de las masas populares de China y del mundo, y no individuos como Jruschov, que sirve a los intereses de una exigua capa social burguesa privilegiada en su país, y a los intereses del imperialismo y la reacción en el plano internacional.
    Deben ser políticos proletarios capaces de unirse con la inmensa mayoría para trabajar con ella. No sólo deben unirse con quienes compartan sus opiniones, sino también saber unirse con los que sostengan opiniones diferentes e incluso con los que se hayan opuesto a ellos y cuyos errores hayan sido probados por la práctica. Sin embargo, deben estar especialmente vigilantes contra los arribistas y conspiradores como Jruschov, y evitar que tales malvados usurpen, sea al nivel que fuere, la dirección del Partido y del Estado.
    De ben aplicar de modo ejemplar el centralismo democrático del Partido, dominar el método de dirección basado en el principio de de las masas, a las masas, cultivar un estilo democrático de trabajo y saber escuchar la voz de las masas. No deben minar el centralismo democrático del Partido, ser despóticos, organizar ataques por sorpresa contra los camaradas, ni actuar de modo arbitrario y dictatorial, como lo hace Jruschov.
    Deben ser modestos y prudentes, guardarse de la arrogancia y la precipitación, estar penetrados del espíritu autocrítico, ser valientes para corregir las deficiencias y errores en el trabajo. Jamás deben encubrir sus errores, atribuirse a sí mismos todos los méritos e imputar a otros todas las culpas, como lo hace Jruschov.
    Los continuadores de la causa revolucionaria del proletariado nacen de la lucha de masas y crecen y se forjan en las grandes tempestades revolucionarias. Hay que probar y valorar a los cuadros y seleccionar y formar a los continuadores en el curso de la prolongada lucha de masas.
Pasaje citado en "Acerca del falso comunismo de
Jruschov y sus lecciones históricas para el mundo"
(14 de julio de 1964).


    Nuestro Partido debe extender sus organizaciones a todo el país, formar conscientemente a decenas de miles de cuadros y disponer de centenares de dirigentes de masas de primera calidad. Deben ser cuadros y dirigentes versados en marxismo-leninismo, perspicaces en lo político y competentes en el trabajo, imbuidos del espíritu de sacrificio, capaces de resolver independientemente los problemas, indoblegables ante las dificultades y fieles en su servicio a la nación, a la clase y al Partido. Apoyándose en ellos, el Partido se asegurará los vínculos con sus militantes y las masas, y apoyándose en la firma dirección de ellos sobre las masas, el Partido logrará vencer al enemigo. Ser ajenos al egoísmo, al heroísmo individualista y la ostentación, a la indolencia y la pasividad y al sectarismo altanero, y ser desinteresados héroes de su nación y de su clase: he aquí las cualidades y el estilo de trabajo que se exige de los militantes, cuadros y dirigentes de nuestro Partido.
Luchemos para incorporar a las masas por
millones al frente único nacional antijaponés

(7 de mayo de 1937),
Obras Escogidas, t. I.


    Una vez determinada la linea política, los cuadros constituyen un factor decisivo. Por consiguiente, es nuestra tarea de lucha preparar planificadamente una gran cantidad de nuevos cuadros.
El papel del Partido Comunista de China en la guerra nacional
(octubre de 1938),
Obras Escogidas, t. II.


    El criterio que debe aplicar el Partido Comunista en su político de cuadros es ver si éstos llevan adelante con firmeza la línea del Partido, observan su disciplina, mantienen vínculos estrechos con las masas, poseen la capacidad de orientarse independientemente en el trabajo y son activos, empeñosos y desinteresados. Esto es lo que significa designar a la gente según sus cualidades.
Ibíd.


    Hay que persistir firmemente en el sistema de la participación de los cuadros en el trabajo colectivo de producción. Los cuadros de nuestro Partido y nuestro Estado son trabajadores comunes y no señores que cabalgan sobre el pueblo. Participando en el trabajo colectivo de producción, Los cuadros mantienen los vínculos más amplios, constantes y estrechos con el pueblo trabajador. Esta es una medida cardinal y de importancia fundamental en el sistema socialista, una medida que contribuye a superar el burocratismo y a prevenir el revisionismo y el dogmatismo.
Pasaje citado en "Acerca del falso comunismo de
Jruschov y sus lecciones históricas para el mundo"
(14 de julio de 1964).


    Debemos saber valorar a los cuadros. No los juzguemos únicamente por un breve periodo de su actividad o un solo hecho en su vida, sino también par todo su pasado y todo su trabajo. Este es el método principal para valorar a los cuadros.
El papel del Partido Comunista de China en la guerra nacional
(octubre de 1938),
Obras Escogidas, t. II.


    Debemos saber utilizar a los cuadros. En resumen, el dirigente tiene dos responsabilidades principales: formular ideas y utilizar a los cuadros. Hacer planes, tomar decisiones, dar órdenes y directivas, etc., entran en el concepto de formular ideas. Para poner en práctica las ideas, el dirigente tiene que unir a los cuadros e impulsarlos a la acción. Esto entra en el concepto de utilizar a los cuadros.
Ibíd.


    Debemos saber preocuparnos por los cuadros. El método para hacerlo es el siguiente:
    Primero, orientarlos en su trabajo. Esto implica dejarlos desplegar su iniciativa en el trabajo para que se atrevan a asumir responsabilidades y, al mismo tiempo, darles indicaciones oportunas para que, a la luz de la línea político del Partido, puedan poner en pleno juego su espíritu creador.
    Segundo, elevar su nivel. Esto significa brindarles la oportunidad de estudiar y educarlos, de modo que eleven su preparación teórica y su capacidad para el trabajo.
    Tercero, controlar su trabajo y ayudarles a sintetizar sus experiencias, a desarrollar sus éxitos y a corregir sus errores. Confiarles una tarea sin controlar su ejecución, y prestarles atención sólo cuando cometen errores graves: ésta no es la forma de preocuparse por los cuadros.
    Cuarto, emplear, en general, el método de la persuasión con los cuadros que hayan cometido errores y ayudarles a corregirlos. Sólo se puede recurrir al método de la lucha con los que hayan cometido errores graves y rechacen toda guía. En todo esto, la paciencia es necesaria. No es correcto calificar a la ligera de oportunista a la gente ni empezar precipitadamente a organizar luchas contra ella.
    Quinto, ayudarles en sus dificultades. Cuando un cuadro cae enfermo o tropieza con dificultades materiales, familiares, etc., tenemos que prestarles toda la atención posible.
    Así es cómo hemos de preocuparnos par los cuadros.
Ibíd.


    Un grupo dirigente, verdaderamente unido y vinculado con las masas, sólo puede formarse gradualmente en el proceso de la lucha de masas, y no al margen de ella. En el curso de una gran lucha, la composición del grupo dirigente no debe ni puede, en la mayoría de los casos, permanecer enteramente invariable en las etapas inicial, media y final. Es necesario promover constantemente a los activistas surgidos en el curso de la lucha, para sustituir a los miembros originales del grupo dirigente que resulten inferiores en comparación con ellos o que hayan degenerado.
Algunas cuestiones sobre los métodos de dirección
(1° de junio de 1943),
Obras Escogidas, t. III.


    Si nuestro Partido no cuenta con una plena cooperación entre las amplias masas de cuadros nuevos y los viejos cuadros, nuestra causa se detendrá a media camino. Por eso, todos los viejos cuadros deben acoger con gran cariño a los cuadros nuevos y mostrarles la mayor solicitud. Es cierto que los cuadros nuevos tienen sus defectos. Como no hace mucho que participan en la revolución, les falta experiencia y es lógico que algunos de ellos conserven rastros de la viciosa ideología de la vieja sociedad, residuos de la ideología individualista pequeñoburguesa. Pero esos defectos pueden ser eliminados gradual mente a través de la educación y el temple en la revolución. Las cualidades de los nuevos cuadros residen, como señaló Stalin, en que tienen un agudo sentido de lo nuevo y, par lo tanto, poseen un gran entusiasmo y una gran actividad, cualidades de que carecen algunos cuadros viejos. Los cuadros, nuevos y viejos, deben respetarse mutuamente, aprender los unos de los otros, superar las debilidades propias aprendiendo de las cualidades de los demás, para mantenerse unidos como un solo hombre en bien de la causa común y prevenir las tendencias sectarias.
Rectifiquemos el estilo de trabajo en el Partido
(1° de febrero de 1942),
Obras Escogidas, t. III.


    Tenemos que preocuparnos no sólo por los cuadros del Partido, sino también por los que no militan en él. Fuera del Partido hay muchas personas capaces, y los comunistas no podemos ignorarlas. Es deber de cada comunista deshacerse de toda presunción, saber trabajar junta con los cuadros que no militan en el Partido, proporcionarles una sincera ayuda, tratarlos con color como a camaradas y orientar su actividad hacia la gran causa de la guerra contra los agresores japoneses y de la construcción del país.
El papel del Partido Comunista de China en la guerra nacional
(octubre de 1938),
Obras Escogidas, t. II.



 

XXX. JOVENES

    El mundo es de ustedes, y también de nosotros; pero en última instancia, es de ustedes. Los jóvenes, plenos de vigor y vitalidad, se encuentran en la primavera de la vida, como el sol a las ocho o nueve de la mañana. En ustedes depositamos nuestras esperanzas.
    ( . . . )
    El mundo les pertenece. El futuro de China les pertenece.
Conversación con estudiantes y practicantes chinos en Moscú
(17 de noviembre de 1957).


    Es necesario hacer comprender a toda la juventud que nuestro país es todavía muy pobre, que esta situación no se podrá cambiar radicalmente en un plaza breve y que sólo mediante los esfuerzos mancomunados, que desplieguen la joven generación y todo el pueblo trabajando con sus propias manos, se podrá convertir a China en un país próspero y poderoso en el curso de varios decenios. La instauración del sistema socialista nos ha abierto el camino que conduce a la sociedad ideal, pero para que ésta se haga realidad tenemos que trabajar duramente.
Sobre el tratamiento correcto de las
contradicciones en el seno del pueblo

(27 de febrero de 1957)
[Obras Escogidas, t. V].


    Una buena parte de la juventud, por falta de experiencia política y social, no sabe comparar la nueva China con la vieja; no le resulta fácil comprender a fondo ni las incontables penalidades que nuestro pueblo ha experimentado en su lucha para liberarse de la opresión del imperialismo y de la reacción kuomintanista, ni el largo periodo de arduo trabajo necesario para construir una bella sociedad socialista. He aquí por qué debemos realizar constantemente una educación política viva y eficaz entre las masas, decirles siempre la verdad sobre cualquier dificultad que surja y estudiar con ellas la manera de resolverla.
Ibíd.


    La juventud es la fuerza más activa y vital de la sociedad. Los jóvenes son los más ansiosos de aprender, y los menos conservadores en su pensamiento. Así son especialmente en la época del socialismo. Esperamos que las organizaciones del Partido en todos los lugares en colaboración con las organizaciones respectivas de la Liga de la Juventud, estudien con atención la forma de desplegar en particular la energía de los jóvenes, y que no los traten como cualquier persona ni pasen por alto sus características peculiares. Desde luego que los jóvenes tienen que aprender de los viejos y demás adultos y hacer todo lo posible para emprender, con el consentimiento de éstos, toda clase de actividades útiles.
Nota de introducción al artículo
"Una brigada juvenil de choque de la Cooperativa
de Producción Agrícola N° 9 del cantón de Sinping,
distrito de Chungshan"
[Septiembre y diciembre de] (1955),
El auge socialista en el campo chino
[Obras Escogidas, t. V].


    Cómo juzgar si un joven es revolucionario? Cómo discernirlo? Sólo hay un criterio: si está dispuesto a fundirse, y se funde en la práctica, con las grandes masas obreras y campesinas. Es revolucionario si lo quiere hacer y lo hace; de otro modo es no-revolucionario o contrarrevolucionario. Si se identifica hoy con las masas obreras y campesinas, es hoy revolucionario; si mañana deja de hacerlo o pasa a oprimir a la gente sencilla, se transformará en no-revolucionario o en contrarrevolucionario.
La orientación del movimiento juvenil
(4 de mayo de 1939),
Obras Escogidas. t. II.


    Mientras no se han incorporado de todo corazón a las luchas revolucionarias de las masas y no se deciden a servir a los intereses de las masas y a fundirse con ellas, los intelectuales tienden a menudo al subjetivismo y al individualismo, y se muestran poco prácticos en su pensamiento y vacilantes en su acción. Por consiguiente, aunque la gran masa de intelectuales revolucionarios de China desempeñan un papel de vanguardia y sirven de puente con las masas, no todos continúan siendo revolucionarios hasta el fin. Una parte de ellos abandonan las filas revolucionarias en los momentos críticos y se hunden en la pasividad, mientras que un pequeño número incluso se convierten en enemigos de la revolución. Los intelectuales sólo pueden superar estos defectos en la misma lucha prolongada de las masas.
La revolución china y el Partido Comunista de China
(diciembre de 1939),
Obras Escogida, t. II.


    Además de continuar coordinando sus actividades con la tarea central del Partido, la Liga de la Juventud debe realizar su propio trabajo, que responde a las características de los jóvenes. La Nueva China debe pensar en la juventud y preocuparse por el crecimiento de la joven generación. Los jóvenes tienen que estudiar y trabajar, pero, como se hallan en edad del crecimiento físico, debemos prestar atención tanto a su trabajo y estudio como a sus actividades recreativas y deportivas y a su descanso.
Directivas dadas en la recepción al Presidium
del II Congreso Nacional de la Liga de la Juventud
(30 de junio de 1953).



 

XXXI. MUJERES

    En China, los hombres viven dominados generalmente por tres sistemas de autoridad (la autoridad política, la del clan y la religiosa -- N. de la Red.), (...) En cuanto a las mujeres, además de estar sometidas a estos tres sistemas de autoridad, se encuentran dominadas por los hombres (la autoridad marital). Estas cuatro formas de autoridad -- política, del clan, religiosa y marital -- encarnan la ideología y el sistema feudal-patriarcales en su conjunto y son cuatro gruesas sagas que mantienen amarrado al pueblo chino, en particular al campesinado. Se ha descrito más arriba cómo los campesinos derriban la autoridad política de los terratenientes en el campo, que constituye el pilar de los demás sistemas de autoridad. Con el derrocamiento de la autoridad política de los terratenientes, comienzan a tambalearse la autoridad del clan, la religiosa y la marital. (...) En lo que concierne a la autoridad marital, siempre ha sido comparativamente débil en las familias de los campesinos pobres porque las mujeres de estas familias, por necesidad económica, tienen que hacer más trabajo físico que las mujeres de las clases acomodadas y, en consecuencia, tienen mayor derecho a hablar y decidir en los asuntos familiares. En los últimos años, con la creciente ruina de la economía rural, se ha minado la base de la dominación del hombre sobre la mujer. Y recientemente, con el surgimiento del movimiento campesino, las mujeres han comenzado en muchos lugares a organizar asociaciones femeninas rurales; ha llegado para ellas la hora de levantar la cabeza, y la autoridad marital es sacudida día a día. En una palabra, con el crecimiento del poder de los campesinos, están tambaleando la ideología y el sistema feudo-patriarcales en su conjunto.
Informe sobre la investigación del movimiento campesino en Junán
(marzo de 1927),
Obras Escogidas, t. I.


    Uníos, tomad parte en la producción y las actividades políticas para mejorar la situación económica y política de la mujer.
Epígrafe para la revista "Mujeres de la Nueva China", N° 1,
20 de julio de 1949.


    Proteger los intereses de la juventud, la mujer y la infancia -- prestar ayuda a los estudiantes refugiados; ayudar a los jóvenes y las mujeres a organizarse para participar, en pie de igualdad con los demás, en todas las actividades que contribuyan a la guerra de resistencia contra los invasores japoneses y al progreso social; asegurar la libertad de matrimonio y la igualdad entre el hombre y la mujer, y dar a los niños y jóvenes una educación útil; (...)
Sobre el gobierno de coalición
(24 de abril de 1945),
Obras Escogidas, t. III.


    Nuestra tarea fundamental en la producción agrícola es reajustar en forma organizada el empleo de la fuerza de trabajo y alentar a las mujeres a participar en la producción.
Nuestra política económica
(23 de enero de 1934),
Obras Escogidas, t. I.


    Con el fin de construir una gran sociedad socialista, es de suma importancia movilizar a las grandes masas de mujeres para que se incorporen a las actividades productivas. En la producción, hombres y mujeres deben recibir igual salario por igual trabajo. Sólo en el proceso de la transformación socialista de la sociedad en su conjunto se podrá alcanzar una auténtica igualdad entre ambos sexos.
Nota de introducción al artículo
"Las mujeres se integran al frente de trabajo"
[Septiembre y diciembre de] (1955),
El auge socialista en el campo chino
[Obras Escogidas, t. V].


    Después dé consumada la cooperativización agrícola, muchas cooperativas se encuentran con escasez de mano de obra. Se ha hecho necesario movilizar a la gran masa de mujeres que no han trabajado en la tierra para incorporarlas al frente laboral. (...) Las mujeres chinas constituyen una importante reserva de fuerza de trabajo, reserva que debe ser movilizada para la lucha por construir un gran país socialista.
Nota de introducción al artículo
"Se ha solucionado la escasez de mano de obra
movilizando a las mujeres para la producción"
[Septiembre y diciembre de] (1955),
El auge socialista en el campo chino
[Obras Escogidas, t. V].


    Toda mujer capaz de trabajar debe ocupar su puesto en el frente laboral según el principio de a igual trabajo, igual salario, exigencia que debe realizarse lo antes posible.
Nota de introducción al artículo
"El programa de la Federación de Mujeres Democráticas
del distrito de Singtai para el trabajo entre las mujeres
en el curso del movimiento de cooperativización agrícola"
[Septiembre y diciembre de] (1955),
El auge socialista en el campo chino
[Obras Escogidas, t. V].



 

XXXII. CULTURA Y ARTE

    En el mundo actual, toda cultura, toda literatura y arte pertenecen a una clase determinada y están subordinados a una linea político determinada. No existe en realidad, arte por el arte, ni arte que esté por encima de las clases, ni arte que se desarrolle paralelo a la político o sea independiente de ella. La literatura y el arte proletarios son parte de la causa de la revolución proletaria en su conjunto; son, como decía Lenin, engranajes y tornillos del mecanismo general de la revolución.
Intervenciones en el Foro de Yenán sobre Literatura y Arte
(mayo de 1942)
Obras Escogidas, t. III.


    La cultura revolucionaria es una poderosa arma revolucionaria para las grandes masas del pueblo. Antes de que se produzca la revolución, prepara ideológicamente el terreno, y durante ella, constituye una parte necesaria e importante del frente general de la revolución.
Sobre la nueva democracia
(enero de 1940)
Obras Escogidas, t II.


    Nuestra literatura y nuestro arte sirven a las grandes masas del pueblo, y en primer lugar a los obreros, campesinos y soldados; se crean para ellos y son utilizados por ellos.
Intervenciones en el Foro de Yenán sobre Literatura y Arte
(mayo de 1942)
Obras Escogidas, t. III.


    Nuestros trabajadores de la literatura y el arte tienen que cumplir esta tarea; tienen que cambiar de posición, pasarse gradualmente al lado de los obreros, campesinos y soldados, al lado del proletariado, adentrándose en ellos, incorporándose a la lucha práctica y estudiando el marxismo y la sociedad. Sólo así podremos crear una literatura y un arte verdaderamente al servicio de los obreros, campesinos y soldados, una literatura y un arte verdaderamente proletarios.
Ibíd.


    Nuestro propósito es asegurar que la literatura y el arte encajen bien en el mecanismo general de la revolución, se conviertan en un arma poderosa para unir y educar al pueblo y para atacar y aniquilar al enemigo, y ayuden al pueblo a luchar con una misma voluntad contra el enemigo.
Ibíd.


    La critica literaria y artística tiene dos criterios: el político y el artístico. (...)
    Hay un criterio político y hay un criterio artístico. Cuál es la relación entre ellos? La político no equivale al arte, ni una concepción general del mundo equivale a un método de creación y critica artísticas. No sólo negamos que haya ningún criterio político abstracto y absolutamente invariable, sino que también negamos que haya ningún criterio artístico abstracto y absolutamente invariable; en toda sociedad de clases, cada clase tiene sus propios criterios político y artístico. Pero todas las clases, en todas las sociedades de clases, siempre colocan el criterio político en el primer lugar y el artístico en el segundo. (...) Lo que exigimos es la unidad de la política y el arte, la unidad del contenido y la forma, la unidad del contenido político revolucionario y el más alto grade posible de perfección de la forma artística. Una obra de arte que carece de valor artístico, por progresista que sea en lo político, no tiene fuerza. Por eso nos oponemos tanto a las obras artísticas que contengan puntos de vista políticos erróneos como a la tendencia a crear obras al estilo de cartel y consigna, obras acertadas en su punto de vista político, pero carentes de fuerza artística. En el problema de la literatura y el arte, tenemos que sostener una lucha en dos frentes.
Ibíd.


    Que se abran cien flores y compitan cien escuelas de pensamiento es la orientación para promover el desarrollo del arte y el progreso de la ciencia, para hacer florecer la cultura socialista de nuestro país. Pueden desarrollarse libremente distintas formas y estilos en el arte, y competir libremente diferentes escuelas en la ciencia. Consideramos que es perjudicial al desarrollo del arte y de la ciencia recurrir a medidas administrativas para imponer un particular estilo de arte o escuela de pensamiento y prohibir otro. El problema de lo correcto y lo erróneo en el arte y en la ciencia debe resolverse mediante discusiones libres en Los círculos artísticos y científicos, a través de la práctica del arte y de la ciencia, y no de manera simplista.
Sobre el tratamiento correcto de las
contradicciones en el seno del pueblo

(27 de febrero de 1957)
[Obras Escogidas, t. V].


    Un ejército sin cultura es un ejército ignorante, y un ejército ignorante no puede derrotar al enemigo.
El frente único en el trabajo cultural
(30 de octubre de 1944),
Obras Escogidas, t. III.



 

XXXIII. ESTUDIO

    En la transformación de la China agraria y atrasada en una China industrializada y avanzada, se nos plantean tareas arduas, y nuestra experiencia es muy reducida. Por eso, es preciso que sepamos aprender.
Discurso de apertura en el VIII Congreso
Nacional del Partido Comunista de China

(15 de septiembre de 1956)
[Obras Escogidas, t. V].


    Las condiciones cambian permanentemente, y para adaptar su pensamiento a las nuevas condiciones, uno debe aprender. Incluso quienes tienen una mayor comprensión del marxismo y se mantienen comparativamente firmes en la posición proletaria, deben continuar aprendiendo, asimilar cosas nuevas y estudiar problemas nuevos.
Discurso ante la Conferencia Nacional del Partido
Comunista de China sobre el Trabajo de Propaganda

(12 de marzo de 1957)
[Obras Escogidas, t. V].


    Podemos aprender lo que ignorábamos. No sólo sabemos destruir el mundo viejo, sino que también sabemos construir uno nuevo.
Informe ante la II Sesión Plenaria del Comité Central elegido
en el VII Congreso Nacional del Partido Comunista de China

(5 de marzo de 1949),
Obras Escogidas, t. IV.


    Hay dos maneras de aprender de otros. Una es la dogmática, que significa copiarlo todo, sea o no aplicable a las condiciones de nuestro país. Esta no es una buena actitud. La otra es hacer funcionar nuestras cabezas y aprender lo que se adapte a nuestras condiciones, es decir, asimilar cuanta experiencia nos sea útil. Esta es la actitud que debemos adoptar.
Sobre el tratamiento correcto de las
contradicciones en el seno del pueblo

(27 de febrero de 1957)
[Obras Escogidas, t. V].


    La teoría de Marx, Engels, Lenin y Stalin es aplicable universalmente. No hay que considerarla como un dogma, sino como una guía para la acción. Estudiar el marxismo-leninismo no es simplemente aprender su terminología, sino estudiarlo como ciencia de la revolución. No sólo hay que comprender las leyes generales establecidas por Marx, Engels, Lenin y Stalin como resultado de su estudio extensiva de la vida real y de la experiencia revolucionaria, sino también aprender la posición y el método que adoptaban al examinar y resolver los problemas.
El papel del Partido Comunista de China en la guerra nacional
(octubre de 1938),
Obras Escogidas, t. II.


    Si tenemos una teoría justa, pero nos contentamos con hacer de ella un tema de conversación y la dejamos archivada en lugar de ponerla en práctica, semejante teoría, por buena que sea, carecerá de significación.
Acerca de la práctica
(julio de 1937),
Obras Escogidas, t. I.


    Hay que dominar la teoría marxista y saber aplicarla; dominarla con el único objetivo de aplicarla. Si usted puede aclarar uno o dos problemas prácticos desde el punto de vista marxista-leninista, merecerá elogios y podrá decirse que ha logrado algunos éxitos. Mientras más problemas aclare y más amplia y profundamente lo haga, mayores serán sus éxitos.
Rectifiquemos el estilo de trabajo en el Partido
(1° de febrero de 1942),
Obras Escogidas, t. III.


    Cómo unir la teoría marxista-leninista con la práctica de la revolución china? Dicho en lenguaje corriente, esto se logra disparando la flecha en el blanco. Cuando uno dispara una flecha, tiene que apuntarla a un blanco. La flecha es al blanco como el marxismo-leninismo a la revolución china. Algunos camaradas, sin embargo, disparan sus flechas sin ningún blanco, o tiran al azar; esas personas pueden perjudicar fácilmente a la revolución.
Ibíd.


    Los que tienen experiencia en el trabajo práctico deben estudiar la teoría y leer concienzudamente. Sólo así podrán sistematizar y sintetizar sus experiencias para elevarlas al nivel de la teoría, y no tomarán sus experiencias parciales por verdades universales, ni caerán en el error del empirismo.
    Leer es aprender; practicar también es aprender, y es una forma más importante de aprender. Nuestro método principal es aprender a combatir en el curso mismo de la guerra. Una persona que no ha tenido oportunidad de ir a la escuela también puede aprender a combatir, aprender en el curso mismo de la guerra. La guerra revolucionaria es una empresa del pueblo; en ella ocurre con frecuencia que la gente, en vez de combatir después de haber aprendido, comienza por combatir y después aprende. Combatir es aprender.
Problemas estratégicos de la guerra revolucionaria de China
(diciembre de 1936),
Obras Escogidas, t. I.


    Entre un civil corriente y un militar hay cierta distancia, pero no una Gran Muralla, y esta distancia puede ser eliminada con rapidez. Participar en la revolución y en la guerra: he aquí cómo eliminarla. Al decir que aprender y aplicar no es fácil, nos referimos a que no es fácil aprender a fondo y aplicar con habilidad. Al decir que los civiles pueden convertirse con rapidez en militares, nos referimos a que no es difícil cruzar el umbral. Para resumir estas dos afirmaciones, recordemos la vieja sentencia china: Nada en el mundo es difícil para el que se propone hacerlo. Iniciarse en el arte de la guerra no es difícil y perfeccionarse también es posible; sólo se necesitan celo y habilidad para aprender.
Ibíd.


    Debemos aprender de todas las personas entendidas (sean quienes fueren) a trabajar en el terreno económico. Debemos estimarlas como maestros, aprendiendo de ellas respetuosa y concienzudamente. No aparentemos saber cuando no sabemos.
Sobre la dictadura democrática popular
(30 de junio de 1949),
Obras Escogidas, t. IV.


    El conocimiento es problema de la ciencia y no admite la menor deshonestidad ni la menor presunción; lo que exige es ciertamente lo contrario: honestidad y modestia.
Acerca de la práctica
(julio de 1937),
Obras Escogidas, t. I.


    La complacencia es enemiga del estudio. Si queremos realmente aprender algo, debemos comenzar por deshacernos de la complacencia. Nuestra actitud hacia nosotros mismos debe ser aprender sin sentirnos jamás satisfechos, y hacia los demás, no cansarnos de enseñar.
El papel del Partido Comunista de China en la guerra nacional
(octubre de 1938),
Obras Escogidas, t. II.


    Algunos han leído unos cuantos libros marxistas y se creen muy doctos, pero, como lo que han leído no les ha penetrado ni prendido en la mente, no saben utilizarlo y sus sentimientos de clase siguen como antes. Otros son muy engreídos y, habiendo aprendido algunas frases librescas, se hacen pasar par notabilidades y se hinchan de orgullo, pero, cada vez que se levanta una tormenta, toman una posición muy diferente de la de los obreros y la mayoría de los campesinos. Vacilan mientras éstos permanecen firmes, se muestran equívocos mientras éstos son francos y directos.
Discurso ante la Conferencia Nacional del Partido
Comunista de China sobre el Trabajo de Propaganda

(12 de marzo de 1957)
[Obras Escogidas, t. V].


    Para adquirir una verdadera comprensión del marxismo, hay que aprenderlo no sólo de los libros, sino principalmente a través de la lucha de clases, del trabajo práctico y del contacto íntimo con las masas obreras y campesinas. Si, además de leer libros marxistas, nuestros intelectuales logran cierta comprensión del marxismo a través del contacto con las masas obreras y campesinas y de su propio trabajo práctico, hablaremos todos el mismo lenguaje: no sólo tendremos el lenguaje común del patriotismo y del sistema socialista, sino que podremos también tener el lenguaje común de la concepción comunista del mundo. En este caso, todos trabajaremos mucho mejor.

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