martes, 10 de diciembre de 2013

Mao Tse-tung


   "El odio nunca es vencido por el odio sino por el amor." 
"La acción no debe ser una reacción sino una creación." 
"La crítica debe hacerse a tiempo; no hay que dejarse llevar por la mala costumbre de criticar sólo después de consumados los hechos." 
"La política es una guerra sin efusión de sangre; la guerra una política con efusión de sangre." 
"Leer demasiados libros es peligroso." 
"Lo urgente generalmente atenta contra lo necesario." 
"Vivir no consiste en respirar sino en obrar." 

Citas sobre victoria: 
"La victoria de ningún modo debe hacernos relajar la vigilancia. Quienquiera que relaje la vigilancia quedará desarmado políticamente y se verá reducido a una posición pasiva." 

"Luchar, fracasar, volver a luchar, fracasar de nuevo volver otra vez a luchar, y así hasta la victoria." 

"Los mandos y combatientes de ningún modo deben relajar ni en lo más mínimo su voluntad de combate; toda idea que tienda a relajar la voluntad de combate o a subestimar al enemigo, es errónea. 
Un jefe militar no puede pretender ganar la guerra traspasando los limites impuestos por las condiciones materiales, pero si puede y debe esforzarse para vencer dentro de tales límites. El escenario de acción para un jefe militar está construido sobre las condiciones materiales objetivas, pero en este escenario puede dirigir magnificas acciones de épica grandiosidad."
    En su práctica social, el hombre sostiene toda clase de luchas y extrae ricos experiencias tanto de sus éxitos como de sus fracasos. Innumerables fenómenos del mundo exterior objetivo se reflejan en el cerebro del hombre por media de los órganos de los sentidos -- la vista, el oído, el olfato, el gusto y el tacto --. Al comienzo, el conocimiento es sensorial. Al acumularse suficiente conocimiento sensorial, se produce un salto al conocimiento racional, es decir, a las ideas. Este es un proceso en el conocimiento. Es la primera etapa del proceso global del conocimiento, etapa que conduce de la materia objetiva a la conciencia subjetiva, de la existencia a las ideas. En esta etapa, aún no se ha comprobado si la conciencia o las ideas (incluyendo las teorías, principios políticos, planes y medidas) reflejan correctamente las leyes del mundo exterior objetivo, aún no puede determinarse si son acertadas o no. Luego, viene la segunda etapa del proceso del conocimiento: la etapa que conduce de la conciencia a la materia, de las ideas a la existencia, etapa en que se aplica a la práctica social el conocimiento obtenido en la primera etapa para ver si esas teorías, principios políticos, planes o medidas consiguen los éxitos esperados. En términos generales, lo que obtiene éxito es correcto, y lo que fracasa, erróneo; esto sucede especialmente en la lucha del hombre con la naturaleza. En la lucha social, las fuerzas que representan a la clase avanzada a veces sufren reveses, no porque sus ideas sean incorrectas, sino porque, en la correlación de las fuerzas en lucha, no son, por el momento, tan poderosas como las fuerzas reaccionarias; en consecuencia, fracasan temporalmente, pero han de triunfar tarde o temprano. A través de la prueba de la práctica, se produce otro salto en el conocimiento del hombre. Este es más importante que el anterior, porque sólo éste puede probar si es acertado o erróneo el primer salto en el conocimiento, o sea, las ideas, teorías, principios políticos, planes o medidas formuladas en el curso de la reflexión del mundo exterior objetivo. No hay otro medio de comprobar la verdad.
Ibíd.


    A menudo, sólo es posible llegar a un conocimiento correcto después de muchas repeticiones del proceso que conduce de la materia a la conciencia y de la conciencia a la materia, es decir, de la práctica al conocimiento y del conocimiento a la práctica. Esta es la teoría marxista del conocimiento, la teoría materialista dialéctica del conocimiento.
Ibíd.


    Quien quiera conocer una cosa, no podrá conseguirlo sin entrar en contacto con ella, es decir, sin vivir (practicar) en el mismo media de esa cosa. (...) Si quieres conocer, tienes que participar en la práctica, en la transformación de la realidad. Si quieres conocer el saber de una pera, tienes tú mismo que transformarla comiéndola. (...) Si quieres conocer la teoría y los métodos de la revolución, tienes que participar en la revolución. Todo conocimiento auténtico nace de la experiencia directa.
Acerca de la práctica
(julio de 1937),
Obras Escogidas, t. I.


    El conocimiento comienza por la práctica, y todo conocimiento teórico, adquirido a través de la práctica, debe volver a la práctica. La función activa del conocimiento no solamente se manifiesta en el salto active del conocimiento sensorial al racional, sine, lo que es más importante, también debe manifestarse en el salto del conocimiento racional a la práctica revolucionaria.
Ibíd.


    Es bien sabido que, al realizar una cosa, cualquiera que sea, a menos que comprendamos sus circunstancias reales, su naturaleza y sus relaciones con otras cosas, no conoceremos las leyes que la rigen, ni sabremos cómo hacerla, ni podremos llevarla a feliz término.
Problemas estratégicos de la guerra revolucionaria de China
(diciembre de 1936),
Obras Escogidas, t. I.


    Si el hombre quiere culminar su trabajo con éxito, es decir, lograr los resultados esperados, tiene que hacer concordar sus ideas con las leyes del mundo exterior objetivo; si no lo consigue, fracasa en la práctica. Después de sufrir una derrota, extrae lecciones de ella, modifica sus ideas para hacerlas concordar con las leyes del mundo exterior y, de esta manera, convierte el fracaso en éxito: he aquí lo que se quiere decir con la derrota es madre del éxito y cada fracaso nos hace más listos.
Acerca de la práctica
(julio de 1937), Obras Escogidas, t. I.


    Somos marxistas, y el marxismo nos exige que al examinar cualquier problema, partamos de los hechos objetivos y no de definiciones abstractas, y que formulemos nuestra orientación, política y medidas sobre la base del análisis de estos hechos.
Intervenciones en el Foro de Yenán sobre Literatura y Arte
(mayo de 1942)
Obras Escogidas, t. III.


    El método fundamental de trabajo que todos los comunistas debemos tener bien presente, consiste en determinar nuestra línea de trabajo en función de las condiciones reales. Si examinamos las causas de nuestros errores, veremos que todos se deben a que nos apartamos de las condiciones reales existentes en un momento y lugar dados y trazamos subjetivamente nuestra linea de trabajo.
Discurso pronunciado en una conferencia de
cuadros de la región liberada de Shansi-Suiyuán

(1° de abril de 1948),
Obras Escogidas, t. IV.


    El idealismo y la metafísica son las cosas más fáciles del mundo porque permiten a la gente que disparate a gusto, sin basarse en la realidad objetiva ni someterse a la prueba de ésta. En cambio, el materialismo y la dialéctica requieren esfuerzos. Se fundamentan en la realidad objetiva y se someten a su prueba. Si uno no hace esfuerzos, caerá en el idealismo y la metafísica.
Nota de introducción a "Materiales sobre la camarilla contrarrevolucionaria de Ju Feng"
(mayo de 1955) [Obras Escogidas, t. V].


    Al tratar una cosa, debemos examinar su esencia y considerar su apariencia nada más que como guía que conduce a la entrada. Y una vez que cruzamos el umbral debemos aprehender la esencia de la cosa. Este es el único método de análisis seguro y científico.
Una sola chispa puede incendiar toda la pradera
(5 de enero de 1930),
Obras Escogidas, t. I.


    La causa fundamental del desarrollo de las cosas no es externa sino interna; reside en su carácter contradictorio interno. Todas las cosas tienen contradicciones en su interior, de ahí su movimiento y su desarrollo. El carácter contradictorio interno de una cosa es la causa fundamental de su desarrollo, en tanto que su interrelación e interacción con otras cosas son causas secundarias.
Sobre la contradicción
(agosto de 1937),
Obras Escogidas, t. I.


    La dialéctica materialista considera que las causas externas constituyen la condición del cambio y las causas internas, su base; además, considera que las causas externas actúan a través de las internas. A una temperatura adecuada, un huevo se transforma en pollo, pero ninguna temperatura puede transformar una piedra en pollo, porque sus bases son diferentes.
Ibíd.


    La filosofía marxista entiende que la ley de la unidad de los contrarios es la ley fundamental del universo. Esta ley tiene validez universal, tanto en la naturaleza y en la sociedad humana, como en el pensamiento del hombre. Los contrarios en una contradicción forman una unidad a la vez que luchan entre sí, lo cual impulsa el movimiento y el cambio en las cosas. En todas partes existen contradicciones, pero tienen diverso carácter según sea la naturaleza de las cosas. En cualquier cosa concreta, la unidad de los contrarios es condicional, temporal, transitiva y, por eso, relativa, mientras que la lucha entre los contrarios es absoluta.
Sobre el tratamiento correcto de las
contradicciones en el seno del pueblo

(27 de febrero de 1957)
[Obras Escogidas, t. V].


    El método analítico es dialéctico. Por análisis entendemos analizar las contradicciones en las cosas. Ningún análisis acertado es posible sin un conocimiento intimo de la vida ni una comprensión real de las contradicciones de que se trata.
Discurso ante la Conferencia Nacional del Partido
Comunista de China sobre el Trabajo de Propaganda

(12 de marzo de 1957)
[Obras Escogidas, t. V].


    Lenin dice que el análisis concreto de la situación concreta es lo más esencial del marxismo, el alma viva del marxismo. Muchos de nuestros camaradas, poco acostumbrados a pensar en forma analítica, no quieren analizar y estudiar repetida y profundamente las cosas complejas, sino que prefieren formular conclusiones simplistas que son absolutamente afirmativas o absolutamente negativas. (...) Desde ahora, debemos remediar este estado de cosas.
Nuestro estudio y la situación actual
(12 de abril de 1944),
Obras Escogidas. t. III.


    La manera como estos camaradas enfocan las cuestiones es errónea. En vez de considerar sus aspectos esenciales o principales, destacan los no esenciales o secundarios. Es de señalar que hay que tratar estos últimos aspectos uno por uno sin subestimarlos, mas no debemos considerarlos como esenciales o principales, pues, de lo contrario, nos desorientaremos.
Sobre el problema de la cooperativización agrícola
(31 de julio de 1955),
[Obras Escogidas, t. V].


    Las cosas en el mundo son complejas y las deciden diversos factores. Debemos examinar los problemas en sus diferentes aspectos y no en uno solo.
Sobre las negociaciones de Chungching
(17 de octubre de 1945),
Obras Escogidas, t. IV.


    Sólo quienes abordan los problemas de manera subjetiva, unilateral y superficial dictan órdenes presuntuosamente apenas llegan a un nuevo lugar, sin considerar las circunstancias, sin examinar las cosas en su totalidad (su historia y su situación actual en conjunto) ni penetrar en su esencia (su naturaleza y las relaciones internas entre una cosa y otras). Semejantes personas tropiezan y caen inevitablemente.
Acerca de la práctica
(julio de 1937),
Obras Escogidas. t. I.


    
    Dentro del Partido se producen constantemente oposición y lucha entre diferentes ideas. Esto es un reflejo, en el Partido, de las contradicciones entre las clases y entre lo nuevo y lo viejo en la sociedad. Si en el Partido no hubiera contradicciones ni luchas ideológicas para resolverlas, la vida del Partido tocaría a su fin.
Sobre la contradicción
(agosto de 1937),
Obras Escogidas, t. I.


    Estamos por la lucha ideológica activa, pues ella es el arma que garantiza la unidad interna del Partido y demás organizaciones revolucionarias en beneficio de nuestro combate. Todos los comunistas y revolucionarios deben empuñar esta arma.
    Pero el liberalismo rechaza la lucha ideológica y propugna una paz sin principios, dando origen a un estilo decadente y filisteo, que conduce a la degeneración política de ciertas entidades y miembros en el Partido y demás organizaciones revolucionarias.
Contra el liberalismo
(7 de septiembre de 1937),
Obras Escogidas, t. II.


    Al luchar contra el subjetivismo, el sectarismo y el estilo de clisé del Partido, debemos tener presentes dos principios: primero, sacar lecciones de los errores pasados para evitarlos en el futuro, y segundo, tratar la enfermedad para salvar al paciente. Hay que poner al descubierto, sin tener consideraciones con nadie, todos los errores pasados, y analizar y criticar en forma científica todo lo malo en el pasado, para que en el futuro el trabajo se realice más cuidadosamente y mejor. Eso es lo que quiere decir sacar lecciones de los errores pasados para evitarlos en el futuro. Pero, al denunciar los errores y criticar los defectos, lo hacemos, igual que un médico trata un caso, únicamente para salvar al paciente y no para matarlo. Una persona con apendicitis se salvará si el cirujano le extrae el apéndice. Si una persona que ha cometido errores no oculta su enfermedad por temor al tratamiento, ni persiste en sus errores hasta hacerse incurable, sino que, honesta y sinceramente, desea curarse y enmendarse, debemos acogerla y curarle la enfermedad para que se convierta en un buen camarada. Jamás podremos lograr éxito si nos dejamos llevar por un impulso momentáneo y la fustigamos sin mesura. No se puede tratar con imprudencia enfermedades ideológicas o políticas; hay que adoptar el único método adecuado y eficaz: tratar la enfermedad para salvar al paciente.
Rectifiquemos el estilo de trabajo en el Partido
(1° de febrero de 1942),
Obras Escogidas, t. III.


    Con relación a la critica en el seno del Partido, es preciso mencionar otro punto: algunos camaradas, al hacer críticas, pasan por alto las cuestiones importantes y limitan su atención a las mezquinas. No comprenden que la tarea principal de la crítica es indicar los errores políticos y de organización. Por lo que respecta a los defectos personales, a menos que estén vinculados a errores políticos y de organización, no hay que censurarlos demasiado para no sumir a los camaradas en el desconcierto. Además, si semejante crítica se desarrolla la atención de los miembros del partido se concentrará exclusivamente en defectos de poca monta, y todos se volverán tímidos y cautelosos y olvidarán las tareas políticas del Partido. Esto es un grave peligro.
Sobre la rectificación de las ideas erróneas en el Partido
(diciembre de 1929),
Obras Escogidas, t. I.


    En la critica en el seno del Partido, debemos guardarnos del subjetivismo, los juicios arbitrarios y la banalización de la crítica; toda afirmación debe fundarse en hechos y toda crítica debe tener sentido político.
Ibíd.


    La crítica dentro del Partido es un arma para fortalecer sus organizaciones y aumentar su capacidad de combate. Sin embargo, en la organización del Partido en el Ejército Rojo, la crítica no siempre tiene este carácter: a veces se convierte en ataque personal. A consecuencia de ello, no sólo se perjudica a los individuos, sino también a la organización del Partido. Esta es una manifestación de individualismo pequeñoburgués. El método para corregirla es ayudar a los miembros del Partido a comprender que la critica tiene por objeto aumentar la capacidad de combate del Partido a fin de lograr la victoria en la lucha de clases, y que no debe utilizarse para realizar ataques personales.
Ibíd.


    Porque servimos al pueblo, no tememos que se nos señalen y critiquen los defectos que tengamos. Cualquiera, sea quien fuere, puede señalar nuestros defectos. Si tiene razón, los corregiremos. Si lo que se propone beneficia al pueblo, actuaremos de acuerdo con ello.
Servir al pueblo
(8 de septiembre de 1944),
Obras Escogidas, t. III.


    Los comunistas chinos, que en todas nuestras acciones partimos de los intereses supremos de las grandes masas del pueblo chino, estamos convencidos de la completa justicia de nuestra causa, no nos detenemos ante ningún sacrificio personal y estamos dispuestos en todo momento a dar nuestras vidas por esta causa, cómo podríamos entonces ser reacios a desprendernos de las ideas, puntos de vista, opiniones o métodos que no respondan a las necesidades del pueblo? Cómo podríamos alegrarnos de que el polvo y microbios políticos ensucien nuestros limpios rostros e infecten nuestros sanos cuerpos? Incontables mártires revolucionarios han ofrendado sus vidas por los intereses del pueblo, y a los vivos se nos llena de dolor el corazón cada vez que les recordamos. Habrá interés personal que no podamos sacarificar o error que no podamos superar?
Sobre el gobierno de coalición
(24 de abril de 1945),
Obras Escogidas, t. III.


    Nunca debemos sentirnos satisfechos con nuestros éxitos. Debemos refrenar la autosatisfacción y criticar constantemente nuestros defectos, al igual que nos lavamos la cara y barremos el suelo diariamente para quitar el polvo y mantenerlos limpios.
Organicémonos
(29 de noviembre de 1943),
Obras Escogidas, t. III.


    La critica debe hacerse a tiempo; no hay que dejarse llevar por el hábito de criticar sólo después de consumados los hechos.
Sobre el problema de la cooperativización agrícola
(31 de julio de 1955),
[Obras Escogidas, t. V].


    Aleccionados por los errores y reveses, hemos aguzado nuestro ingenio y manejamos major nuestros asuntos. Es difícil para cualquier partido político o persona evitar los errores, pero debemos tratar de cometer los menos posibles. Si cometemos un error, debemos corregirlo, y cuanto más rápidamente y más a fondo, mejor.
Sobre la dictadura democrática popular
(30 de junio de 1949),
Obras Escogidas, t. IV.



 

XXVIII. COMUNISTAS

    El comunista debe ser sincero y franco, leal y activo, considerar los intereses de la revolución como su propia vida y subordinar sus intereses personales a los de la revolución. En cualquier momento y dondequiera que esté, ha de adherirse a los principios justos y luchar infatigablemente contra todas las ideas y acciones erróneas, a fin de consolidar la vida colectiva del Partido y su ligazón con las masas; ha de preocuparse más por el Partido y las masas que por ningún individuo, y más por los demás que por sí mismo. Sólo una persona así es digna de llamarse comunista.
Contra el liberalismo
(7 de septiembre de 1937),
Obras Escogidas, t. II.


    Hay que hacer comprender a cada camarada que el criterio supremo para juzgar las palabras y actos de un comunista reside en precisar si éstos concuerdan con los más altos intereses de la abrumadora mayoría del pueblo y se granjean su apoyo.
Sobre el gobierno de coalición
(24 de abril de 1945),
Obras Escogidas, t. III.


    En ningún momento y bajo ninguna circunstancia, puede el comunista poner en primer lugar sus intereses personales; al contrario, debe subordinarlos a los intereses de la nación y de las masas populares. De ahí que el egoísmo, la flojera, la corrupción, el afán de figurar, etcétera, sean lo más despreciable, mientras que la entrega abnegada, el entusiasmo y la energía en el trabajo, la dedicación de todo corazón al deber público y el esfuerzo concienzudo y tenaz merezcan respeto.
El papel del Partido Comunista de China en la guerra nacional
(octubre de 1938),
Obras Escogidas, t. II.
Los comunistas deben ester dispuestos en todo momento a perseverar en la verdad, porque la verdad concuerda con los intereses del pueblo; los comunistas deben estar dispuestos en todo momento a corregir sus errores, porque todo error va en contra de los intereses del pueblo.
Sobre el gobierno de coalición
(24 de abril de 1945),
Obras Escogidas, t. III.


    Los comunistas tienen que preguntar el porqué de todas las cosas y valerse de su propio juicio para examinar cuidadosamente si corresponden a la realidad y si están bien fundadas; no deben en absoluto seguir ciegamente a otros ni preconizar la obediencia servil.
Rectifiquemos el estilo de trabajo en el Partido
(1° de febrero de 1942),
Obras Escogidas, t. III.


    Debemos alentar a los camaradas a tener plenamente en cuenta los intereses del todo. Cada miembro del Partido, cada rama de trabajo, cada palabra y cada acción deben tener como punto de partida los intereses de todo el Partido. No se tolerará en absoluto violar este principio.
Ibíd.


    Los comunistas deben ser ejemplares tanto por su sentido práctico como por su previsión y clarividencia, porque únicamente el sentido práctico les permitirá cumplir las tareas asignadas, y sólo la previsión y la clarividencia les impedirán extraviarse en el avance.
El papel del Partido Comunista de China en la guerra nacional
(octubre de 1938),
Obras Escogidas, t. II.


    Los comunistas deben ser los más perspicaces, los más dispuestos a sacrificarse, los más firmes y los más capaces de apreciar las situaciones sin ideas preconcebidas; tienen que apoyarse en la mayoría de las masas y conquistar su apoyo.
Las tareas del Partido Comunista de China
en el periodo de la resistencia al Japón

(3 de mayo de 1937),
Obras Escogidas, t. I.


    Los comunistas deben asimismo dar ejemplo en el estudio. En todo momento, deben ser alumnos de las masas populares a la vez que sus maestros.
El papel del Partido Comunista de China en la guerra nacional
(octubre de 1938),
Obras Escogidas, t. II.


    Los comunistas, al trabajar en los movimientos de masas, deben comportarse como amigos de masas populares y no como sus superiores, como sus maestros infatigables y no como politiqueros burócratas.
Ibíd.


    Los comunistas jamás deben separarse de la mayoría de las masas, ni dirigir sólo a unos cuantos contingentes progresistas en un avance temerario, sin tener en cuenta la situación de la mayoría; deben preocuparse por forjar estrechos vínculos entre los elementos avanzados y las grandes masas. Esto es lo que significa pensar en la mayoría.
Ibíd.


    Los comunistas somos como la semilla y el pueblo como la tierra. Dondequiera que vayamos, debemos unirnos con el pueblo, echar raíces y florecer en él.
Sobre las negociaciones de Chungching
(17 de octubre de 1945),
Obras Escogidas, t. IV.


    En todo lo que hacemos, los comunistas debemos saber vincularnos con las masas. Si los miembros de nuestro Partido se pasan la vida entre cuatro paredes, a cubierto de la tempestad y apartados del mundo, podrán servir para algo al pueblo chino? No, en absoluto; no necesitamos semejantes personas como miembros del Partido. Los comunistas debemos salir al encuentro de la tempestad y enfrentar el mundo: la poderosa tempestad y el gran mundo de la lucha de masas.
Organicémonos
(29 de noviembre de 1943),
Obras Escogidas, t. III.




    La critica literaria y artística tiene dos criterios: el político y el artístico. (...)
    Hay un criterio político y hay un criterio artístico. Cuál es la relación entre ellos? La político no equivale al arte, ni una concepción general del mundo equivale a un método de creación y critica artísticas. No sólo negamos que haya ningún criterio político abstracto y absolutamente invariable, sino que también negamos que haya ningún criterio artístico abstracto y absolutamente invariable; en toda sociedad de clases, cada clase tiene sus propios criterios político y artístico. Pero todas las clases, en todas las sociedades de clases, siempre colocan el criterio político en el primer lugar y el artístico en el segundo. (...) Lo que exigimos es la unidad de la política y el arte, la unidad del contenido y la forma, la unidad del contenido político revolucionario y el más alto grade posible de perfección de la forma artística. Una obra de arte que carece de valor artístico, por progresista que sea en lo político, no tiene fuerza. Por eso nos oponemos tanto a las obras artísticas que contengan puntos de vista políticos erróneos como a la tendencia a crear obras al estilo de cartel y consigna, obras acertadas en su punto de vista político, pero carentes de fuerza artística. En el problema de la literatura y el arte, tenemos que sostener una lucha en dos frentes.
Ibíd.


    Que se abran cien flores y compitan cien escuelas de pensamiento es la orientación para promover el desarrollo del arte y el progreso de la ciencia, para hacer florecer la cultura socialista de nuestro país. Pueden desarrollarse libremente distintas formas y estilos en el arte, y competir libremente diferentes escuelas en la ciencia. Consideramos que es perjudicial al desarrollo del arte y de la ciencia recurrir a medidas administrativas para imponer un particular estilo de arte o escuela de pensamiento y prohibir otro. El problema de lo correcto y lo erróneo en el arte y en la ciencia debe resolverse mediante discusiones libres en Los círculos artísticos y científicos, a través de la práctica del arte y de la ciencia, y no de manera simplista.
Sobre el tratamiento correcto de las
contradicciones en el seno del pueblo

(27 de febrero de 1957)
[Obras Escogidas, t. V].


    Un ejército sin cultura es un ejército ignorante, y un ejército ignorante no puede derrotar al enemigo.
El frente único en el trabajo cultural
(30 de octubre de 1944),
Obras Escogidas, t. III.



 

XXXIII. ESTUDIO

    En la transformación de la China agraria y atrasada en una China industrializada y avanzada, se nos plantean tareas arduas, y nuestra experiencia es muy reducida. Por eso, es preciso que sepamos aprender.
Discurso de apertura en el VIII Congreso
Nacional del Partido Comunista de China

(15 de septiembre de 1956)
[Obras Escogidas, t. V].


    Las condiciones cambian permanentemente, y para adaptar su pensamiento a las nuevas condiciones, uno debe aprender. Incluso quienes tienen una mayor comprensión del marxismo y se mantienen comparativamente firmes en la posición proletaria, deben continuar aprendiendo, asimilar cosas nuevas y estudiar problemas nuevos.
Discurso ante la Conferencia Nacional del Partido
Comunista de China sobre el Trabajo de Propaganda

(12 de marzo de 1957)
[Obras Escogidas, t. V].


    Podemos aprender lo que ignorábamos. No sólo sabemos destruir el mundo viejo, sino que también sabemos construir uno nuevo.
Informe ante la II Sesión Plenaria del Comité Central elegido
en el VII Congreso Nacional del Partido Comunista de China

(5 de marzo de 1949),
Obras Escogidas, t. IV.


    Hay dos maneras de aprender de otros. Una es la dogmática, que significa copiarlo todo, sea o no aplicable a las condiciones de nuestro país. Esta no es una buena actitud. La otra es hacer funcionar nuestras cabezas y aprender lo que se adapte a nuestras condiciones, es decir, asimilar cuanta experiencia nos sea útil. Esta es la actitud que debemos adoptar.
Sobre el tratamiento correcto de las
contradicciones en el seno del pueblo

(27 de febrero de 1957)
[Obras Escogidas, t. V].


    La teoría de Marx, Engels, Lenin y Stalin es aplicable universalmente. No hay que considerarla como un dogma, sino como una guía para la acción. Estudiar el marxismo-leninismo no es simplemente aprender su terminología, sino estudiarlo como ciencia de la revolución. No sólo hay que comprender las leyes generales establecidas por Marx, Engels, Lenin y Stalin como resultado de su estudio extensiva de la vida real y de la experiencia revolucionaria, sino también aprender la posición y el método que adoptaban al examinar y resolver los problemas.
El papel del Partido Comunista de China en la guerra nacional
(octubre de 1938),
Obras Escogidas, t. II.


    Si tenemos una teoría justa, pero nos contentamos con hacer de ella un tema de conversación y la dejamos archivada en lugar de ponerla en práctica, semejante teoría, por buena que sea, carecerá de significación.
Acerca de la práctica
(julio de 1937),
Obras Escogidas, t. I.


    Hay que dominar la teoría marxista y saber aplicarla; dominarla con el único objetivo de aplicarla. Si usted puede aclarar uno o dos problemas prácticos desde el punto de vista marxista-leninista, merecerá elogios y podrá decirse que ha logrado algunos éxitos. Mientras más problemas aclare y más amplia y profundamente lo haga, mayores serán sus éxitos.
Rectifiquemos el estilo de trabajo en el Partido
(1° de febrero de 1942),
Obras Escogidas, t. III.


    Cómo unir la teoría marxista-leninista con la práctica de la revolución china? Dicho en lenguaje corriente, esto se logra disparando la flecha en el blanco. Cuando uno dispara una flecha, tiene que apuntarla a un blanco. La flecha es al blanco como el marxismo-leninismo a la revolución china. Algunos camaradas, sin embargo, disparan sus flechas sin ningún blanco, o tiran al azar; esas personas pueden perjudicar fácilmente a la revolución.
Ibíd.


    Los que tienen experiencia en el trabajo práctico deben estudiar la teoría y leer concienzudamente. Sólo así podrán sistematizar y sintetizar sus experiencias para elevarlas al nivel de la teoría, y no tomarán sus experiencias parciales por verdades universales, ni caerán en el error del empirismo.
    Leer es aprender; practicar también es aprender, y es una forma más importante de aprender. Nuestro método principal es aprender a combatir en el curso mismo de la guerra. Una persona que no ha tenido oportunidad de ir a la escuela también puede aprender a combatir, aprender en el curso mismo de la guerra. La guerra revolucionaria es una empresa del pueblo; en ella ocurre con frecuencia que la gente, en vez de combatir después de haber aprendido, comienza por combatir y después aprende. Combatir es aprender.
Problemas estratégicos de la guerra revolucionaria de China
(diciembre de 1936),
Obras Escogidas, t. I.


    Entre un civil corriente y un militar hay cierta distancia, pero no una Gran Muralla, y esta distancia puede ser eliminada con rapidez. Participar en la revolución y en la guerra: he aquí cómo eliminarla. Al decir que aprender y aplicar no es fácil, nos referimos a que no es fácil aprender a fondo y aplicar con habilidad. Al decir que los civiles pueden convertirse con rapidez en militares, nos referimos a que no es difícil cruzar el umbral. Para resumir estas dos afirmaciones, recordemos la vieja sentencia china: Nada en el mundo es difícil para el que se propone hacerlo. Iniciarse en el arte de la guerra no es difícil y perfeccionarse también es posible; sólo se necesitan celo y habilidad para aprender.
Ibíd.


    Debemos aprender de todas las personas entendidas (sean quienes fueren) a trabajar en el terreno económico. Debemos estimarlas como maestros, aprendiendo de ellas respetuosa y concienzudamente. No aparentemos saber cuando no sabemos.
Sobre la dictadura democrática popular
(30 de junio de 1949),
Obras Escogidas, t. IV.


    El conocimiento es problema de la ciencia y no admite la menor deshonestidad ni la menor presunción; lo que exige es ciertamente lo contrario: honestidad y modestia.
Acerca de la práctica
(julio de 1937),
Obras Escogidas, t. I.


    La complacencia es enemiga del estudio. Si queremos realmente aprender algo, debemos comenzar por deshacernos de la complacencia. Nuestra actitud hacia nosotros mismos debe ser aprender sin sentirnos jamás satisfechos, y hacia los demás, no cansarnos de enseñar.
El papel del Partido Comunista de China en la guerra nacional
(octubre de 1938),
Obras Escogidas, t. II.


    Algunos han leído unos cuantos libros marxistas y se creen muy doctos, pero, como lo que han leído no les ha penetrado ni prendido en la mente, no saben utilizarlo y sus sentimientos de clase siguen como antes. Otros son muy engreídos y, habiendo aprendido algunas frases librescas, se hacen pasar par notabilidades y se hinchan de orgullo, pero, cada vez que se levanta una tormenta, toman una posición muy diferente de la de los obreros y la mayoría de los campesinos. Vacilan mientras éstos permanecen firmes, se muestran equívocos mientras éstos son francos y directos.
Discurso ante la Conferencia Nacional del Partido
Comunista de China sobre el Trabajo de Propaganda

(12 de marzo de 1957)
[Obras Escogidas, t. V].


    Para adquirir una verdadera comprensión del marxismo, hay que aprenderlo no sólo de los libros, sino principalmente a través de la lucha de clases, del trabajo práctico y del contacto íntimo con las masas obreras y campesinas. Si, además de leer libros marxistas, nuestros intelectuales logran cierta comprensión del marxismo a través del contacto con las masas obreras y campesinas y de su propio trabajo práctico, hablaremos todos el mismo lenguaje: no sólo tendremos el lenguaje común del patriotismo y del sistema socialista, sino que podremos también tener el lenguaje común de la concepción comunista del mundo. En este caso, todos trabajaremos mucho mejor.

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